Despliega tus alas
Ser libre no es huir, sino que más bien es ser responsable.
La libertad sin responsabilidad es como una selfie con filtros, es una fantasía de redes sociales que solo dura mientras haya internet, es tan frágil como la señal de wi-fi, esa fiesta se termina a las 12, esa falsa felicidad se apaga rápidamente con la cabeza en la almohada.
La libertad solo existe en la realidad y es simplemente desplegar las alas de la responsabilidad.
Ser libre es hacerte responsable de vos, de tus heridas, de tus carencias, de tus miedos, de tu dolor.
La consciencia es la fuerza que te hará desplegar las alas y volar hasta donde nunca te imaginaste. En cambio el culpar a los demás de tus conflictos solo te enrosca al suelo, el orgullo es como un ancla de hormigón armado, la soberbia es una tonelada y media de excusas.
Ya sos libre solo que no podés despegar del suelo porque es más cómodo no perdonar. Pero algún día vas a entender qué para volar no te alcanza con ser libre, también tenés que ser responsable. Algún día vas a entender qué para volar vas a tener que perdonar y perdonarte, soltar la sed de vengarte por lo que te hicieron y desplegar las alas de la gratitud y la humildad, y asi abandonarte a la hermosa experiencia de no tener el control de nada. En esos Aires vas a experimentar el amor de ser vos y de amar lo que es cómo es, vas a vivir en carne propia qué no sos dueño de nada ni de nadie, entonces ahí lo tendrás todo. Lo tendrás a Dios alimentándote, dándote todo lo necesario, en abundancia, como a las otras aves de los cielos.
Vuela, se feliz, al fin y al cabo la felicidad no es la ausencia del conflicto, es estar presente, es confiar sabiendo que Dios tiene cuidado de ti.
Ser libre no es huir, sino que más bien es ser responsable.
La libertad sin responsabilidad es como una selfie con filtros, es una fantasía de redes sociales que solo dura mientras haya internet, es tan frágil como la señal de wi-fi, esa fiesta se termina a las 12, esa falsa felicidad se apaga rápidamente con la cabeza en la almohada.
La libertad solo existe en la realidad y es simplemente desplegar las alas de la responsabilidad.
Ser libre es hacerte responsable de vos, de tus heridas, de tus carencias, de tus miedos, de tu dolor.
La consciencia es la fuerza que te hará desplegar las alas y volar hasta donde nunca te imaginaste. En cambio el culpar a los demás de tus conflictos solo te enrosca al suelo, el orgullo es como un ancla de hormigón armado, la soberbia es una tonelada y media de excusas.
Ya sos libre solo que no podés despegar del suelo porque es más cómodo no perdonar. Pero algún día vas a entender qué para volar no te alcanza con ser libre, también tenés que ser responsable. Algún día vas a entender qué para volar vas a tener que perdonar y perdonarte, soltar la sed de vengarte por lo que te hicieron y desplegar las alas de la gratitud y la humildad, y asi abandonarte a la hermosa experiencia de no tener el control de nada. En esos Aires vas a experimentar el amor de ser vos y de amar lo que es cómo es, vas a vivir en carne propia qué no sos dueño de nada ni de nadie, entonces ahí lo tendrás todo. Lo tendrás a Dios alimentándote, dándote todo lo necesario, en abundancia, como a las otras aves de los cielos.
Vuela, se feliz, al fin y al cabo la felicidad no es la ausencia del conflicto, es estar presente, es confiar sabiendo que Dios tiene cuidado de ti.