#Curiosidad
La práctica de poner nombre a los huracanes, tifones y ciclones existe desde finales del siglo XVIII.
Hasta principios del siglo XX, los huracanes que golpeaban las islas españolas del Caribe eran llamados según el santo patrón del día.
El actual sistema de nombres fue inventado por el meteorólogo Clement Lindley Wragge a finales del siglo XIX. Empezó utilizando las letras del alfabeto griego y se sirvió de personajes mitológicos, nombres de mujeres ¡e incluso de políticos que no eran de su agrado!
Durante la década de 1950, el Servicio de Meteorología de Estados Unidos (NWS) empezó a elaborar listas de nombres para utilizar a nivel global, aunque entonces solo se incluían nombres femeninos para los fenómenos meteorológicos.
Décadas después, varios grupos feministas criticaron la decisión de NWS, al considerar que utilizar únicamente nombres de mujeres para designar los huracanes era una forma de machismo, ya que eran fenómenos imprevisibles y peligrosos.
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