🇪🇬 Egipto ha sufrido hoy el peor atentado de su historia. Al menos 235 personas han muerto por la explosión de varias bombas en una mezquita en el norte del Sinaí. Al parecer ha habido ataques armados contra las personas que huían del lugar y contra las ambulancias que trasladaban a los heridos.
👉🏻 La situación en el Sinaí no ha dejado de empeorar en los últimos años. Diferentes grupos armados, ahora bajo bandera del ISIS, ejercen una violencia continua en la zona, con episodios extremos como el derribo de un avión civil ruso en el que murieron 224 personas en el año 2015. La respuesta del Ejército, una política de mano dura y tierra quemada, no ha logrado acabar con el ISIS, pero sí multiplicar la violencia sobre una población doblemente golpeada. A lo largo del país, la crisis económica y la durísima represión de la dictadura de Sisi dibujan una situación dificilísima para una sociedad que fue motor esencial de los levantamientos democráticos de 2011 a lo largo y ancho del planeta.
🇳🇬 Hoy es Egipto, hace unos días fue Nigeria. La barbarie se da en imágenes que golpean a diario -aunque a menudo no las veamos- desde Siria, Iraq, Afganistán, Libia, Pakistán, Malí o Somalia. Según el Índice de Terrorismo Global, entre 2000 y 2014 más de 72.000 personas murieron en atentados. El 87% de ellos vivían en países de mayoría musulmana.
🌍 No es un "ellos" frente a un "nosotros". Bajo la barbarie yijadista hay un entramado geopolítico de intereses cruzados, guerras regionales, hambrunas y desplazamientos forzosos, ataques a los derechos de las mujeres, violencia sexual, falta de atención médica, bombardeos sobre hospitales y formas insoportables de violencia que afecta y golpea a las sociedades de decenas de países en tres continentes diferentes. No hay atajos para afrontar el desmontaje de ese entramado.
💵 Lo más urgente: perseguir el tráfico ilícito de armas, personas y capitales con el que se nutren materialmente las ideologías de la barbarie. Lo más difícil: detener la espiral bélica en Oriente Medio y el norte de África, resucitar el derecho internacional, neutralizar el caldo de cultivo en el que crece y respira el extremismo. No debería haber objetivos más importantes para la política exterior de Europa.
📰 Os dejo un artículo de Ricard González sobre la situación en el Sinaí:
https://elpais.com/internacional/2017/11/24/actualidad/1511535933_145434.html