Hasta no hace mucho, en Pamplona, cuando querías hablar de política, un extraño y familiar mecanismo interno automático hacía que bajaras la voz hasta límites insospechados, evitando que otros oídos cercanos pudieran escuchar tus opiniones. Así, cuando llegué a Madrid hace 18 años, descub...
https://www.internautas.org/html/10262.html