Nadie nos va a regalar algo, nos va a apoyar ni a conceder lo que no seamos capaces de darnos nosotros mismos por nuestra fuerza. Por ello nacieron un día las SAy SS.
El enemigo quería acabar con el movimiento por medio del terror, tenía el poder en su mano, podía vencer a cualquiera que se atreviera a exhibir alguna idea contraria a sus intereses.
Cientos de miles de nuestros políticos plebeyos consideraban al Estado y sus organizaciones como factores destinados a ser amparo y protección de sus voluntades políticas. En aquel entonces me aparté de tal mentalidad y contemplé al pueblo desde el punto de vista del Estado y me dije: aquí, del pueblo mismo, hay que crear el arma y la defensa con que alcanzar nuestro objetivo.
Si queremos conquistar nuestro círculo, la fuerza necesaria sólo la obtendremos del circulo mismo; debemos crear la fuerza y tener el valor de presentarnos nosotros mismos en su defensa, sin esperar que el terreno que vamos a conquistar nos proteja o nos dé amparo. Ni vamos tampoco a pensar que un día como Estado o fuerza sostenedora del Estado, seremos más fuertes que antes como fuerza de lucha por el Reich.
Así nació entonces de un puñado de hombres esta pequeña corporación SA, camaradas fieles que se pusieron a mi disposición convencidos que debía nacer un nuevo Reich, y que no podía nacer sino de un nuevo pueblo, de modo que debía ir a las masas inagotables para conformar la nueva Organización de nuestra vida.
Dos razones existieron para la fundación de las SA y SS.
Primero.- Nosotros, nacionalsocialistas, quisimos protegernos por nosotros mismos; no queríamos ir a mendigar auxilio extraño; teníamos el convencimiento de que la propia protección de una idea y del movimiento que la transporta sólo puede estar en el valor, en la fidelidad convencida de los partidarios y no en la policía, en los soldados, ni en las leyes, tribunales o justicia, ni en objetividad o apreciación de derecho. La protección está en el propio valor, en la propia fuerza y en la constancia y resistencia.
Segundo.- ¿Cómo queremos alcanzar la meta grandiosa de la nueva Alemania si no creamos un nuevo pueblo alemán?¿Cómo ha de nacer este nuevo pueblo si no podemos vencer por nosotros mismos todo lo que vemos de corrupción que rodea a nuestro pueblo? No se forma un Estado desde fuera; lo que tiene verdadero valor secular y milenario sólo puede crecer del interior.
EN EL SPORTPALAST DE BERLIN ANTE 60.000 SS Y SA (3 de febrero de 1933)
HITLER ADOLF - Discursos
@NSl1933
El enemigo quería acabar con el movimiento por medio del terror, tenía el poder en su mano, podía vencer a cualquiera que se atreviera a exhibir alguna idea contraria a sus intereses.
Cientos de miles de nuestros políticos plebeyos consideraban al Estado y sus organizaciones como factores destinados a ser amparo y protección de sus voluntades políticas. En aquel entonces me aparté de tal mentalidad y contemplé al pueblo desde el punto de vista del Estado y me dije: aquí, del pueblo mismo, hay que crear el arma y la defensa con que alcanzar nuestro objetivo.
Si queremos conquistar nuestro círculo, la fuerza necesaria sólo la obtendremos del circulo mismo; debemos crear la fuerza y tener el valor de presentarnos nosotros mismos en su defensa, sin esperar que el terreno que vamos a conquistar nos proteja o nos dé amparo. Ni vamos tampoco a pensar que un día como Estado o fuerza sostenedora del Estado, seremos más fuertes que antes como fuerza de lucha por el Reich.
Así nació entonces de un puñado de hombres esta pequeña corporación SA, camaradas fieles que se pusieron a mi disposición convencidos que debía nacer un nuevo Reich, y que no podía nacer sino de un nuevo pueblo, de modo que debía ir a las masas inagotables para conformar la nueva Organización de nuestra vida.
Dos razones existieron para la fundación de las SA y SS.
Primero.- Nosotros, nacionalsocialistas, quisimos protegernos por nosotros mismos; no queríamos ir a mendigar auxilio extraño; teníamos el convencimiento de que la propia protección de una idea y del movimiento que la transporta sólo puede estar en el valor, en la fidelidad convencida de los partidarios y no en la policía, en los soldados, ni en las leyes, tribunales o justicia, ni en objetividad o apreciación de derecho. La protección está en el propio valor, en la propia fuerza y en la constancia y resistencia.
Segundo.- ¿Cómo queremos alcanzar la meta grandiosa de la nueva Alemania si no creamos un nuevo pueblo alemán?¿Cómo ha de nacer este nuevo pueblo si no podemos vencer por nosotros mismos todo lo que vemos de corrupción que rodea a nuestro pueblo? No se forma un Estado desde fuera; lo que tiene verdadero valor secular y milenario sólo puede crecer del interior.
EN EL SPORTPALAST DE BERLIN ANTE 60.000 SS Y SA (3 de febrero de 1933)
HITLER ADOLF - Discursos
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