MÁS REFLEXIONES SOBRE LA CUESTIÓN DE LA EXISTENCIA DEL COVID
Me gustaría volver a explicar por qué creo firmemente que la cuestión de la existencia del virus Sars Cov 2 y de la enfermedad Covid reviste una importancia fundamental.
Según algunos, esto no es importante, porque ningún gobierno debería tener derecho a recortar nuestras libertades, sea cual sea el motivo.
Estoy totalmente de acuerdo con el hecho de que la libertad es el valor más importante para un ser humano. La libertad, en mi opinión, es incluso más importante que la propia vida, sin embargo, considero importante mencionar que, según las «buenas personas» que nos gobiernan, si un llamado virus es extremadamente contagioso y peligroso, esto cambia las reglas del juego.
La situación se ha llevado al extremo de que todo se considera legítimo en nombre del llamado bien común. Esto puede empezar con confinamientos y vacunaciones y, un día no muy lejano, acabar con la eutanasia obligatoria en nombre del bien de la sociedad. Todo dependerá del tipo de enemigo común visible o invisible que se inventen.
Volviendo a la cuestión de si el virus Sars Cov 2 y la enfermedad Covid existieron o no, en mi opinión, toda la cuestión fue un fraude de la A a la Z y recomiendo este artículo que explica por qué en detalle y con muchas fuentes: https://www.counterpropaganda.info/p/40-hechos-que-hay-que-conocer-la
Afirmar que todo fue un fraude, aunque suene algo difícil de transmitir a la opinión pública, puede ayudar a conseguir los siguientes objetivos:
✅Quitarle el miedo a la gente que vivió aterrorizada durante mucho tiempo.
✅Demostrar que las medidas adoptadas por el gobierno en España y en la mayoría de los demás países carecieron por completo de legitimidad.
No pretendo ser el dueño de la verdad, pero ésta es mi análisis de las cosas. Se podría decir que es mi verdad.
No soy tan ingenuo como para creer que podemos ganar esta guerra. La diferencia de fuerzas entre los dos bandos es demasiado desequilibrada. Nuestros enemigos controlan todas las instituciones, el dinero y los medios de comunicación, mientras que nosotros sólo disponemos de este pequeño espacio en el que aún se nos permite expresar nuestras opiniones. Quién sabe hasta cuándo...
Para terminar, mi conciencia me dicta que, aunque lo más probable es que esta sea una lucha inútil, debo intentar combatirla hasta el final.
Voy a hacerlo siguiendo mis convicciones.
Me gustaría volver a explicar por qué creo firmemente que la cuestión de la existencia del virus Sars Cov 2 y de la enfermedad Covid reviste una importancia fundamental.
Según algunos, esto no es importante, porque ningún gobierno debería tener derecho a recortar nuestras libertades, sea cual sea el motivo.
Estoy totalmente de acuerdo con el hecho de que la libertad es el valor más importante para un ser humano. La libertad, en mi opinión, es incluso más importante que la propia vida, sin embargo, considero importante mencionar que, según las «buenas personas» que nos gobiernan, si un llamado virus es extremadamente contagioso y peligroso, esto cambia las reglas del juego.
La situación se ha llevado al extremo de que todo se considera legítimo en nombre del llamado bien común. Esto puede empezar con confinamientos y vacunaciones y, un día no muy lejano, acabar con la eutanasia obligatoria en nombre del bien de la sociedad. Todo dependerá del tipo de enemigo común visible o invisible que se inventen.
Volviendo a la cuestión de si el virus Sars Cov 2 y la enfermedad Covid existieron o no, en mi opinión, toda la cuestión fue un fraude de la A a la Z y recomiendo este artículo que explica por qué en detalle y con muchas fuentes: https://www.counterpropaganda.info/p/40-hechos-que-hay-que-conocer-la
Afirmar que todo fue un fraude, aunque suene algo difícil de transmitir a la opinión pública, puede ayudar a conseguir los siguientes objetivos:
✅Quitarle el miedo a la gente que vivió aterrorizada durante mucho tiempo.
✅Demostrar que las medidas adoptadas por el gobierno en España y en la mayoría de los demás países carecieron por completo de legitimidad.
No pretendo ser el dueño de la verdad, pero ésta es mi análisis de las cosas. Se podría decir que es mi verdad.
No soy tan ingenuo como para creer que podemos ganar esta guerra. La diferencia de fuerzas entre los dos bandos es demasiado desequilibrada. Nuestros enemigos controlan todas las instituciones, el dinero y los medios de comunicación, mientras que nosotros sólo disponemos de este pequeño espacio en el que aún se nos permite expresar nuestras opiniones. Quién sabe hasta cuándo...
Para terminar, mi conciencia me dicta que, aunque lo más probable es que esta sea una lucha inútil, debo intentar combatirla hasta el final.
Voy a hacerlo siguiendo mis convicciones.