Otra vez nos toca la cada día más ingrata tarea de ser la voz disonante y manifestar las incómodas verdades que nadie quiere decir o quiere ver.
No se pretende aquí de ninguna manera atacar ni cuestionar las buenas intenciones de quienes con sus más sinceros deseos apoyan la causa provida que consideramos absolutamente errónea en muchos de sus esenciales postulados. La buena intención no suple la verdad.
Respecto al “vale toda vida”, ya se refirió el Dr. Caponnetto al señalar que no somos jainístas[1] por lo que dicho postulado resulta tan abarcativo como inexacto y más teniendo en cuenta los alcances y los límites que se les pone de hecho al término. Nada se plantea pues de la terrible realidad de los innumerables crímenes que se cometen legalmente con la multiabortiva práctica de la fertilización asistida, o las referidas a los casos de violación, o lo que es peor, a los realizados ante supuestas violaciones en las que no hace falta denuncia formal sino solamente alegar la misma. En ese sentido y con toda su maldad proabortiva, la diputada Donda decía la verdad en la Cámara de Diputados al acusar de hipócritas a quienes habiendo votado la fertilización asistida hoy se oponían a la despenalización del aborto, así como quienes dicen defender las dos vidas pero nada dijeron respecto al aborto en el caso de violación como si el hijo del violador no tuviera vida[2].
Se festeja el rechazo a la despenalización del aborto como un triunfo de la vida, del amor, de la patria, de la Virgen, de las iglesias evangélicas, de la biología, de las verdaderas estadísticas, y hasta de la democracia. Creemos sin embargo que sólo este último caso es el que refleja el verdadero triunfo en esta cuestión.
Quienes hayan tenido oportunidad de escuchar las exposiciones a favor y en contra del proyecto tanto de miembros del cada día menos honorable Congreso de la Nación, así como de los participantes del plenario de las comisiones, deberían entender qué es lo que realmente subsiste después de esta parodia democrática, y lo que se sacó en claro es algo para lo cual hubo un consenso casi unánime.
Con una llamativamente grande cantidad de expositores judaicos en relación a la proporción que representan de la población, y casi absolutamente manifestando posturas abortistas; lo realmente grave de los mismos fueron los desvergonzados ataques a la Iglesia Católica y la exigencia de terminar con todo vestigio de confesionalidad del Estado. Al requerimiento judaico se plegaron entusiastas, muchos traidores bautizados. Para no extenderme en cada caso puntual recomiendo mirar las exposiciones de los siguientes representantes de etnia judaica: Mara Brawer, Daniel Filmus, Mario Weschler, Carlos Rozanski, Myriam Bregman, Martha Rothemberg, Mario Pecheny, Leandro Pitlevnik, Debora Plager, Beatriz Mirkin, Aida Kemelmajer, para dar algunos ejemplos. Todos los videos correspondientes se encuentran en la página del Congreso de youtube. Igualmente pueden verse declaraciones a los medios como las de los israelitas Marcos Aguinis, del diputado Lipovetzky, Alejandro Rozitchner, o de Ernesto Tenembaum, las mismas no sólo apuntando a la Iglesia, sino que en más de una oportunidad con alguna blasfemia incluida.
Cabe la aclaración que las personas mencionadas solo son un ínfimo grupo en una grandísima cantidad de expositores de ese “pueblo elegido”, los cuales elegimos por lo representativos del pensamiento judaico, así como de su ensañamiento en contra de la Iglesia instituida por el único Dios verdadero contra el cual se rebelaron y al cual continúan combatiendo.
No se pretende aquí de ninguna manera atacar ni cuestionar las buenas intenciones de quienes con sus más sinceros deseos apoyan la causa provida que consideramos absolutamente errónea en muchos de sus esenciales postulados. La buena intención no suple la verdad.
Respecto al “vale toda vida”, ya se refirió el Dr. Caponnetto al señalar que no somos jainístas[1] por lo que dicho postulado resulta tan abarcativo como inexacto y más teniendo en cuenta los alcances y los límites que se les pone de hecho al término. Nada se plantea pues de la terrible realidad de los innumerables crímenes que se cometen legalmente con la multiabortiva práctica de la fertilización asistida, o las referidas a los casos de violación, o lo que es peor, a los realizados ante supuestas violaciones en las que no hace falta denuncia formal sino solamente alegar la misma. En ese sentido y con toda su maldad proabortiva, la diputada Donda decía la verdad en la Cámara de Diputados al acusar de hipócritas a quienes habiendo votado la fertilización asistida hoy se oponían a la despenalización del aborto, así como quienes dicen defender las dos vidas pero nada dijeron respecto al aborto en el caso de violación como si el hijo del violador no tuviera vida[2].
Se festeja el rechazo a la despenalización del aborto como un triunfo de la vida, del amor, de la patria, de la Virgen, de las iglesias evangélicas, de la biología, de las verdaderas estadísticas, y hasta de la democracia. Creemos sin embargo que sólo este último caso es el que refleja el verdadero triunfo en esta cuestión.
Quienes hayan tenido oportunidad de escuchar las exposiciones a favor y en contra del proyecto tanto de miembros del cada día menos honorable Congreso de la Nación, así como de los participantes del plenario de las comisiones, deberían entender qué es lo que realmente subsiste después de esta parodia democrática, y lo que se sacó en claro es algo para lo cual hubo un consenso casi unánime.
Con una llamativamente grande cantidad de expositores judaicos en relación a la proporción que representan de la población, y casi absolutamente manifestando posturas abortistas; lo realmente grave de los mismos fueron los desvergonzados ataques a la Iglesia Católica y la exigencia de terminar con todo vestigio de confesionalidad del Estado. Al requerimiento judaico se plegaron entusiastas, muchos traidores bautizados. Para no extenderme en cada caso puntual recomiendo mirar las exposiciones de los siguientes representantes de etnia judaica: Mara Brawer, Daniel Filmus, Mario Weschler, Carlos Rozanski, Myriam Bregman, Martha Rothemberg, Mario Pecheny, Leandro Pitlevnik, Debora Plager, Beatriz Mirkin, Aida Kemelmajer, para dar algunos ejemplos. Todos los videos correspondientes se encuentran en la página del Congreso de youtube. Igualmente pueden verse declaraciones a los medios como las de los israelitas Marcos Aguinis, del diputado Lipovetzky, Alejandro Rozitchner, o de Ernesto Tenembaum, las mismas no sólo apuntando a la Iglesia, sino que en más de una oportunidad con alguna blasfemia incluida.
Cabe la aclaración que las personas mencionadas solo son un ínfimo grupo en una grandísima cantidad de expositores de ese “pueblo elegido”, los cuales elegimos por lo representativos del pensamiento judaico, así como de su ensañamiento en contra de la Iglesia instituida por el único Dios verdadero contra el cual se rebelaron y al cual continúan combatiendo.