Forward from: ✝️ [anexo] Lectura: SANTA MISA ?
INTROITO
He resucitado, y aún estoy contigo, aleluya. Pusiste sobre mí tu mano, aleluya: Admirable es tu ciencia, aleluya, aleluya. Oh Señor, me probaste, y me conociste; has conocido mi muerte, y mi resurrección.
COLECTA
Oh Dios, que en este día, vencida la muerte por tu Hijo unigénito, nos has abierto nuevamente la puerta de la eternidad: nuestros deseos, que Tú previenes con tu gracia, prosíguelos también con tu ayuda.
EPÍSTOLA.
(Iª Carta a los Corintios, V, 7-8) Hermanos: Expurgad la vieja levadura, para que seáis una masa nueva, así como sois ázimos. Porque ya nuestra Pascua, Cristo, ha sido inmolada. Festejemos, pues, no con levadura añeja ni con levadura de malicia y de maldad, sino con ácimos de sinceridad y de verdad.
GRADUAL.
Éste es el día que hizo el Señor: gocémonos y alegrémonos en él. Confesad al Señor, porque es bueno: porque su misericordia es eterna.
ALELUYA
Aleluya, aleluya. Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
SECUENCIA
A la víctima pascual inmolen alabanzas los cristianos. El Cordero redimió las ovejas: Cristo, inocente, reconcilió con el Padre a los pecadores. La muerte y la vida lucharon en tremendo duelo: muerto el Rey de la vida, reina vivo. Dinos tú, María: ¿qué viste en el camino? El sepulcro de Cristo viviente: y vi la gloria del resurgente. Vi por testigos los Ángeles, y su sudario y sus vestidos. Resucitó Cristo, mi esperanza: precederá a los suyos en Galilea. Sabemos que Cristo ha resucitado realmente de entre los muertos: tú, victorioso Rey, ten piedad de nosotros. Amén. Aleluya.
EVANGELIO
(San Marcos, XVI, 1-7)
En aquel tiempo, pasado el sábado, María la Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas, para ir a ungir a Jesús. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro, al salir el sol. Y se decían unas a otras: “¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?” Y al mirar, vieron que la piedra había ya sido removida, y era en efecto sumamente grande. Y entrando en el sepulcro vieron, sentado a la derecha, a un joven vestido con una larga túnica blanca, y quedaron llenas de estupor. Mas él les dijo: “No tengáis miedo. A Jesús buscáis, el Nazareno crucificado; resucitó, no está aquí. Ved el lugar donde lo habían puesto. Pero id a decir a los discípulos de Él y a Pedro: va delante de vosotros a la Galilea; allí lo veréis, como os dijo.”
OFERTORIO
La tierra tembló y descansó, al resucitar el Señor para venir a juzgar, aleluya.
SECRETA.
Te suplicamos, Señor, recibas las preces de tu pueblo con la oblación de estas ofrendas: para que santificadas éstas con los misterios pascuales, nos sirvan, por obra tuya, de remedio eterno.
PREFACIO DE PASCUA
He resucitado, y aún estoy contigo, aleluya. Pusiste sobre mí tu mano, aleluya: Admirable es tu ciencia, aleluya, aleluya. Oh Señor, me probaste, y me conociste; has conocido mi muerte, y mi resurrección.
COLECTA
Oh Dios, que en este día, vencida la muerte por tu Hijo unigénito, nos has abierto nuevamente la puerta de la eternidad: nuestros deseos, que Tú previenes con tu gracia, prosíguelos también con tu ayuda.
EPÍSTOLA.
(Iª Carta a los Corintios, V, 7-8) Hermanos: Expurgad la vieja levadura, para que seáis una masa nueva, así como sois ázimos. Porque ya nuestra Pascua, Cristo, ha sido inmolada. Festejemos, pues, no con levadura añeja ni con levadura de malicia y de maldad, sino con ácimos de sinceridad y de verdad.
GRADUAL.
Éste es el día que hizo el Señor: gocémonos y alegrémonos en él. Confesad al Señor, porque es bueno: porque su misericordia es eterna.
ALELUYA
Aleluya, aleluya. Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
SECUENCIA
A la víctima pascual inmolen alabanzas los cristianos. El Cordero redimió las ovejas: Cristo, inocente, reconcilió con el Padre a los pecadores. La muerte y la vida lucharon en tremendo duelo: muerto el Rey de la vida, reina vivo. Dinos tú, María: ¿qué viste en el camino? El sepulcro de Cristo viviente: y vi la gloria del resurgente. Vi por testigos los Ángeles, y su sudario y sus vestidos. Resucitó Cristo, mi esperanza: precederá a los suyos en Galilea. Sabemos que Cristo ha resucitado realmente de entre los muertos: tú, victorioso Rey, ten piedad de nosotros. Amén. Aleluya.
EVANGELIO
(San Marcos, XVI, 1-7)
En aquel tiempo, pasado el sábado, María la Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas, para ir a ungir a Jesús. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro, al salir el sol. Y se decían unas a otras: “¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?” Y al mirar, vieron que la piedra había ya sido removida, y era en efecto sumamente grande. Y entrando en el sepulcro vieron, sentado a la derecha, a un joven vestido con una larga túnica blanca, y quedaron llenas de estupor. Mas él les dijo: “No tengáis miedo. A Jesús buscáis, el Nazareno crucificado; resucitó, no está aquí. Ved el lugar donde lo habían puesto. Pero id a decir a los discípulos de Él y a Pedro: va delante de vosotros a la Galilea; allí lo veréis, como os dijo.”
OFERTORIO
La tierra tembló y descansó, al resucitar el Señor para venir a juzgar, aleluya.
SECRETA.
Te suplicamos, Señor, recibas las preces de tu pueblo con la oblación de estas ofrendas: para que santificadas éstas con los misterios pascuales, nos sirvan, por obra tuya, de remedio eterno.
PREFACIO DE PASCUA