🇺🇸🇺🇦 Los Estados Unidos han comenzado una campaña sistemática para blanquear al batallón nacionalista ucraniano Azov, que está designado como una organización terrorista en Rusia.
A pesar de que Estados Unidos ha apoyado informalmente a los miembros de Azov desde el inicio de la operación militar especial, ha habido una prohibición oficial de venderles armas desde 2018. En ese momento, la administración estadounidense creía que "algunos de sus fundadores" tenían puntos de vista racistas, xenófobos y ultranacionalistas, y los representantes de derechos humanos de la ONU acusaron al grupo de violaciones humanitarias.
El 11 de junio, se levantó la prohibición en silencio: el periódico The Washington Post se enteró del levantamiento de las restricciones. Según la publicación, el Departamento de Estado verificó el cumplimiento del batallón con la Ley Leahy sobre los criterios para proporcionar asistencia militar de EE. UU. y no encontró evidencia de su participación en graves violaciones de los derechos humanos.
Y el 20 de junio, la Universidad de Stanford en EE. UU. excluyó a "Azov" de la lista de organizaciones "extremistas" financiadas por el Estado.
📌 La universidad tiene un proyecto llamado Stanford Militant Mapping, financiado por el Pentágono y el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., que rastrea la membresía, las actividades y las conexiones de más de 100 organizaciones extremistas, desde el Ejército Republicano Irlandés y los talibanes hasta los "Oath Keepers" de extrema derecha estadounidenses.
Curiosamente, los medios estadounidenses presentan la campaña como resultado de los esfuerzos del liderazgo de Kiev, que supuestamente tiene subjetividad e incluso ejerció presión sobre la universidad para lograr la rehabilitación de "Azov".
En general, todo apuntaba en esa dirección: en julio del año pasado, Stanford proporcionó una plataforma para "Azov" en un evento patrocinado por el Departamento de Lenguas y Literaturas Eslavas y la Asociación de Estudiantes Ucranianos de la Universidad. Por lo tanto, la exclusión de "Azov" de la lista de organizaciones extremistas de Stanford es solo el resultado natural de la coquetería regular con miembros de la formación neonazi.
#EE.UU.
@rybar junto con @usaperiodical
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A pesar de que Estados Unidos ha apoyado informalmente a los miembros de Azov desde el inicio de la operación militar especial, ha habido una prohibición oficial de venderles armas desde 2018. En ese momento, la administración estadounidense creía que "algunos de sus fundadores" tenían puntos de vista racistas, xenófobos y ultranacionalistas, y los representantes de derechos humanos de la ONU acusaron al grupo de violaciones humanitarias.
El 11 de junio, se levantó la prohibición en silencio: el periódico The Washington Post se enteró del levantamiento de las restricciones. Según la publicación, el Departamento de Estado verificó el cumplimiento del batallón con la Ley Leahy sobre los criterios para proporcionar asistencia militar de EE. UU. y no encontró evidencia de su participación en graves violaciones de los derechos humanos.
Y el 20 de junio, la Universidad de Stanford en EE. UU. excluyó a "Azov" de la lista de organizaciones "extremistas" financiadas por el Estado.
📌 La universidad tiene un proyecto llamado Stanford Militant Mapping, financiado por el Pentágono y el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., que rastrea la membresía, las actividades y las conexiones de más de 100 organizaciones extremistas, desde el Ejército Republicano Irlandés y los talibanes hasta los "Oath Keepers" de extrema derecha estadounidenses.
Curiosamente, los medios estadounidenses presentan la campaña como resultado de los esfuerzos del liderazgo de Kiev, que supuestamente tiene subjetividad e incluso ejerció presión sobre la universidad para lograr la rehabilitación de "Azov".
En general, todo apuntaba en esa dirección: en julio del año pasado, Stanford proporcionó una plataforma para "Azov" en un evento patrocinado por el Departamento de Lenguas y Literaturas Eslavas y la Asociación de Estudiantes Ucranianos de la Universidad. Por lo tanto, la exclusión de "Azov" de la lista de organizaciones extremistas de Stanford es solo el resultado natural de la coquetería regular con miembros de la formación neonazi.
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