Los mensajes en WhatsApp estuvieron abiertos a posibles atacantes durante años, como se detalla en filtraciones recientes sobre Boldend, una empresa estadounidense de guerra cibernética.

Desde la creación de WhatsApp, apenas hubo un momento en el que fuera seguro: cada pocos meses, los investigadores descubren un nuevo problema de seguridad en la aplicación. Escribí sobre esto en detalle hace 2 años. Nada ha cambiado desde entonces.

Sería difícil creer que el equipo técnico de WhatsApp sea tan consistentemente incompetente. Telegram, una aplicación mucho más sofisticada, nunca ha tenido problemas de seguridad de tal gravedad.