HAY QUE PARAR EL MUNDO
Tenemos que parar el mundo
hasta conseguir que la codicia
pague con su vida este delirio.
Tenemos que pararlo, es urgente,
los muertos se amontonan
en desiertos, en selvas,
en patrias sin tierra.
Se amontonan fríos
con las balas incrustadas
en la nuca, en la frente,
en la espalda.
Se amontonan
los cuerpos reventados de trabajo, reventados de miseria,
reventados de la violencia
que a todas horas nos gobierna.
Hay que parar el mundo,
no dentro de un rato,
no mañana,
no cuando llegue la primavera,
hay que pararlo ahora mismo.
Detener la sangre
que cada segundo se derrama.
Hay que pararlo, como sea.
Incendiando las palabras viejas, disparando a bocajarro desobediencia,
bombardeando sin descanso
verdad sobre todas las cabezas.
Hay que pararlo ahora mismo
para que no haya
más asesinos en serie camuflados entre el oro y las armas.
Para que no haya traficantes
de carne humana.
Para que no haya gobiernos matones.
Hay que parar el mundo, joder.
Hay que pararlo.
Silvia Delgado Fuentes