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José Antonio Campoy, director de la revista Discovery DSalud.


NUEVAMENTE, LA MANIPULACIÓN DEL LENGUAJE.
Usar el término "judeocristiano" es lo mismo que usar "feminazis". Una incoherencia absoluta. Algo totalmente absurdo y del género estúpido.


Hoy (20 de enero) en 1716 nació Carlos III, “el rey albañil” o “el mejor alcalde de Madrid”.

A diferencia del Rey Felipe II desfigurado por la leyenda negra, sobre Carlos III ha caído una leyenda rosa que le presenta como un monarca afín a la masonería y con numerosos ministros masones. Sin embargo, Carlos III persiguió a la masonería tanto en Nápoles como en España.

Carlos III era conocido también como “el rey arqueólogo”, por impulsar las excavaciones de Pompeya, Herculano y Estabia, que fueron arrasados por la erupción del volcán Vesubio,79dC.

El ingeniero militar español Roque Joaquín de Alcubierre fue el que descubrió los yacimientos arqueológicos de Pompeya, Herculano y Estabia.

Carlos III descubrió que junto al palacio que mandó construir en Portici se hallaban enterrados a 26 metros de profundidad los restos de Herculano.

Carlos III hizo algo que no era muy común en la época: mantener los hallazgos arqueológicos de Pompeya y Herculano dentro del reino de Nápoles, evitando que fueran disgregados.


Recientemente, se ha venido gestando, hasta convertirse en otro moderno axioma, el de la identidad entre ‘antijudíos’ (mal llamados “antisemitas”) y ‘nazismo’, o cualquier otro movimiento o doctrina de semejante cariz, con relentes de desagradable intolerancia, fanatismo, violencia “et tutti quanti”.

Por otra parte, con una ausencia total de pudor, se está pretendiendo crear una imagen en la cual la Iglesia Católica (y con ella las demás confesiones cristianas) se presenta como abanderada del sedicente “Pueblo Elegido”, protegiéndole contra los abusos y las persecuciones de los impíos. Por ejemplo: los cardenales Mercier, belga, Mundelein, de Chicago, y otros, montaron en bíblica cólera en 1938, porque Hitler prohibió a los judíos de Alemania desempeñar cargos públicos. Lo cómico del caso es que tal disposición tenía un precedente dado por Su Santidad el Papa Honorio III, que, en su Bula del 29 de abril de 1221, “Ad nostram noveritis audentiam”, prohibía a los judíos de los Estados Pontificios el ejercicio de cualquier cargo público, les obligaba a llevar sobre la ropa un distintivo especial visible a veinte pasos y establecía a su intención un “numerus clausus”.

La clásica objeción: “eso fue hace mucho tiempo”, que puede ser válida en cualquier otro caso o aplicada a cualquier otra entidad, no lo es cuando se aplica a la Iglesia Católica, que es, por definición, universal, que está por encima del Espacio y del Tiempo, y para quien unos cuantos siglos no cuentan gran cosa.




Cada uno de estos 57 escritos sería considerado hoy “antisemitismo”, “neo-nazi”, etc.

En ellos se pone una serie de cortapisas a las actividades de los judíos: se les prohibió emplear sirvientes cristianos (Gregorio IX: “Sufficere debuerat perfidiae Judaeorum”);
sirvientes, cocineros e institutrices cristianas (Inocencio IV: “Impia Judaeorum perfidia”);
ocupar cargos públicos (Honorio III: “Ad nostram noveritis audentiam”);
se manda quemar el Talmud (Inocencio IV: “Impia Judaeorum Perfidia”);
se les obliga a llevar un distintivo especial visible a veinte pasos (además del mencionado Honorio III, Martín V: “Saedes Apostolica”);
se aconseja tener mucho cuidado con los conversos/marranos/criptojudíos (Juan XXII: “Ex parte vestra”);
se prohíbe a los cristianos vivir junto a ellos (Eugenio IV: “Dudum ad nostram audentiam”; Calixto III: “Siad repreminfos”);
se renueva varias veces esta prohibición y se prohibió a los judíos practicar la industria (Paulo IV: “Cum nimis absurdum”);
se les obliga a rezar en expiación (Paulo IV: “Cum nimis absurdum”; Gregorio XIII: “Antiqua judaeorum improbitas y Sancta Mater Ecclesiae”);
se les prohibió la venta de objetos nuevos (Clemente VIII: “Cum saepe accidere”); etc.

En tan variado repertorio no faltan las deportaciones y los castigos colectivos: Pío V les expulsa de los Estados Pontificios, excepto de las ciudades de Roma y Ancona, aunque reforzando la vigilancia de estos ghettos (Pío V: “Hebraeorum Gens”);
Clemente VIII les prohíbe primero la venta de objetos nuevos; luego la de objetos viejos, y finalmente les expulsa de su Sede (Clemente VIII: “Caeca et Obdurata Hebraeorum perfidia”, promulgada el 25 de febrero de 1593, la cual expulsó a los judíos de los Estados Pontificios, anulando efectivamente la bula papal Christiana pietas de su Papa predecesor, Sixto V);
el mismo Pontífice Clemente VIII les expulsa, luego, de Roma y Ancona; etc., etc., etc.

Estos 29 Sumos Pontífices hoy serían tildados de “antisemitas”.

El respetable número de 29 Papas y 57 bulas “antisemitas” podría aún ser notoriamente ampliado, de no ser porque a partir de la bula “Beatus Andreas” de Benedicto XIV (22 de febrero de 1755) - que se refiere al martirio de un niño cristiano por los judíos y cuya severidad de tono no la mejoraría el Dr. Goebbels - la mayor parte de las bulas y edictos papales se refieren ya a temas generales, ya a cuestiones de doctrina. La situación de los judíos en los Estados Pontificios, e incluso en otros soberanos católicos, fue regulada por decretos y ordenanzas papales.

La clásica objeción: “eso fue hace mucho tiempo”, que puede ser válida en cualquier otro caso o aplicada a cualquier otra entidad, no lo es cuando se aplica a la Iglesia Católica, que es, por definición, universal, que está por encima del Espacio y del Tiempo, y para quien unos cuantos siglos no cuentan gran cosa.


Vean las 57 bulas y edictos de 29 Papas contra la comunidad judía a lo largo de la Historia del Cristianismo.


El Obispo Richard Williamson pronunció la siguiente frase en una entrevista con un periodista de la revista alemana “Der Spiegel”:

San Pablo lo puso de esta manera:
“Los judíos son amados en consideración a nuestro Padre, pero son nuestros enemigos en consideración al Evangelio”.


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El Mal de la Judeomasonería


El Nuevo Orden Mundial OCCIDENTAL globalista (Soros, Merkel, Haim Saban, etc.) es un señuelo total.

El verdadero Nuevo Orden Mundial está planificado desde el aún comunista ORIENTE, o sea, China y Rusia (engaño de la perestroika). Según las escrituras judías, el Neo-Soviético Orden Mundial Euroasiático “liberará” Occidente del Nuevo Orden Mundial “Globalista”.

Todo ello unido al imparable Plan Kalergi de genocidio de la raza blanca europea cristiana.

Para más información, en el siguiente artículo:

https://fitzinfo.net/2019/07/31/the-perestroika-deception-behind-the-mask-part-ii/amp/




“Mi divisa es: veritas prius pace, primero la verdad que la paz. Es mejor verdad con guerra, que mentira con paz”.

-Miguel de Unamuno-

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