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Por ese motivo, ya entrado el siglo XX, y con todo el poder financiero y político en sus manos, los sionistas decidieron que había llegado la hora de tener su propia tierra "a como diese lugar".
El sitio elegido por los usurpadores fue Palestina, y como todos los hechos marcan, no dudaron en masacrar a sus legítimos pobladores por más de 70 años, hasta lograr alcanzar su ruin objetivo de apoderarse de todo su territorio.
"DECLARACIÓN DE BALFOUR", UN SATÁNICO CONTUBERNIO SIONISTA 🔯.
Durante 3000 años los judíos conspiraron silenciosamente para apoderarse del Territorio Palestino con el fin de crear Israel. Pero, fue en el transcurso de la "Primera Guerra Mundial", que al igual que la "Segunda" se trató de un genocidio pergeñado e instigado por el judeosionismo (leer "Derrota Mundial" de Salvador Borrego), el momento en que los sionistas dieron un paso decisivo para la concreción de sus objetivos, a través de un espureo y sangriento acuerdo con los "piratas ingleses".
A tan sólo 2 años de iniciada, la guerra ya estaba ganada por Alemania, quien generosamente ofreció a los aliados firmar una "paz negociada". Ante esta situación, los satánicos sionistas vieron una gran posibilidad de avanzar en sus planes de dominio mundial. Es por eso que no dudaron en prolongar el sufrimiento humano, prometiendo a los ingleses la victoria a cambio de un territorio propio en Palestina. De esta manera, ambos interesados avanzaron en un descabellado contubernio que consistió en el compromiso sionista de involucrar en la guerra al poderoso EE.UU. como país beligerante a favor de los aliados, a cambio de que Inglaterra les entregara Palestina para poder llevar a cabo el "proyecto sionista" de crear un Estado judio en dichas tierras (leer "El Estado judío", de Teodoro Herlz, creador del sionismo).
Sencillo fue para el poder sionista internacional lograr en poco tiempo involucrar a EE.UU. en la guerra. Por supuesto, lo hizo a favor del bando aliado, hecho que prolongó el horror, la destrucción y truncó la vida de millones de seres humanos. Como contrapartida el gobierno británico cumplió con su parte del pacto, enviando el 2 de noviembre de 1917, "una carta" firmada por el Ministro de Relaciones Exteriores inglés, el sionista Arthur Balfour 🔯, a su paisano, el también sionista Lionel Walter Rothschild 🔯. La carta contenía una declaración donde expresaba el beneplácito del "gobierno inglés" en ceder tierras Palestinas a los sionistas, para la creación de un "hogar para los judíos". Como se puede apreciar "todo quedó en familia".
De esta manera, sobre la muerte de millones de seres humanos inocentes, nació la sangrienta y diabólica "Declaración Balfour", la cual sigue siendo hasta hoy, el principal sustento para el GENOCIDIO PALESTINO.
"Balfour" no fue otra cosa más que una interesada y espúrea manifestación del gobierno británico en apoyo al establecimiento de un «hogar nacional» para el pueblo judío en la región de Palestina (que en ese entonces formaba parte del Imperio Otomano).
Una vez más, la "Declaración Balfour" fue "un simple escrito" incluído en una carta firmada por el ministro de Relaciones Exteriores británico, el sionista Arthur James Balfour 🔯, dirigida al poderoso banquero sionista barón Lionel Walter Rothschild 🔯, líder de la comunidad judía, y ya por ese entonces también dueño de toda Gran Bretaña. Este personaje fue el encargado de transmitirla a la "Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda"
El texto de "la carta", como era previsible, fue inmediatamente "publicado y difundido al mundo" por medio de la prensa internacional, mayoritariamente en poder del sionismo, con lo cual "la sombra del despojo" se cirnió sobre Palestina.
La victoria aliada en la Primera Guerra Mundial, conllevó la caída del Imperio Otomano, que perdió gran parte de sus territorios hasta quedar reducido a la actual Turquía. El resto fue repartido entre Francia y el Reino Unido. Palestina quedó bajo mandato de los piratas británicos, con lo cual quedó definitivamente sellado su triste destino.
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