La expansión de tu noción del Yo como herramienta terapéutica;
te propongo que dejes de verte como ese ser
insignificante,
separado, solitario y diferente y te identifiques con la instancia superior:
Un ser colectivo, multidimensional para el cual el tiempo transcurre de forma distinta, que se alimenta de todo su entorno y que no se identifica con el drama sino con el crecimiento; como un bosque, como un… yo superior.
Es tu mism@, pero concientizando todas las características que ya sabes que son parte de ti, pero todavía no has integrado. Es un viaje mental, un estado de consciencia, no una rutina ni una receta.
No es un estado en el que puedas permanecer siempre pues todavía existes en este plano y tienes una realidad individual que gestionar, pero si podrás
“mudarte” por momentos a este estado avanzado de tu ser, en tus meditaciones o momentos de soledad para irte acostumbrando.
No se trata de convertirse en
comunista emocional renunciando sacrificadamente al ego y sus demandas, sino de una expansión que te permitirá apropiarte de poderes más grandes, más transcendentales… más útiles:
1. Expande tu parentesco
Primero te toca entender que no eres tú, eres toda tu familia.
Luego, darte cuenta de que
los nexos que te unen a la naturaleza son igual de profundos; ya sabes que más que granitos de arena en una playa, funcionamos como una red neuronal fractal, es decir:
Eres un nodo en una red, pero también eres la RED.
Mis ideas, logros y aciertos son también de ellos; sus ideas, logros y aciertos son también míos.
Abandona los fantasmas de la
individualidad: La culpa, la soledad, el odio y el enfrentamiento pues carecen de sentido y utilidad.
Eso no es algo que se digiere de un día para otro;
Invierte tiempo en reflexionar y descubrir tu propia forma de relacionarte con tu red e intégralo a tu concepto del YO.
2. Deja de ver individuos, ve el diseño
Las cosas que nos diferencias son todas
superficiales e irrelevantes para el yo superior; en el fondo somos
un mismo diseño, con un mismo propósito, dotados de los mismos poderes.
Las individualidades forman parte de redes de energías / pensamientos / emociones cuyo único propósito es
refinarse y explorar todas las posibilidades. Aprende a ver a todos los seres que te rodean (incluso a los oscuros y egoístas) de esa forma.
3. Expande tus fuentes de alimento
Ya sé que soy la red, y sé que si me dedico a nutrirla, tengo también permiso para
usarla a mi favor: usar sus herramientas para resolver mis problemas, alimentarme de sus emociones positivas y aprender de sus experiencias; claro, para lograr ello debo entender, conectar, aceptar y sanar mi relación con ellos, aceptándolos como parte de mi esencia.
Puedo tomar libremente de mi red la información que necesite sin pedir permiso ni pagar por ello, porque todos hacen lo mismo conmigo, ya con mi mera existencia estoy generando y transmitiendo automáticamente información al que la necesita.
Ese tipo de input es también alimento; intenta darle la misma importancia que a tu comida.
4. Expande tu tiempo
Es inevitable que, si ahora —yo soy todos nosotros—,
mi tiempo ya no sea solo mi corta vida y que la historia deje de ser un “cuento obsoleto de cosas que pasaron, y ya", sino como un
denso tramado cuántico de causas y efectos que abarcan más que mi simple individualidad, pero que aún, me
definen.
Entender que estás (muy) afectado por procesos que tardan miles de años en completarse, te otorgará una sensación de trascendencia, invitándote a desarrollar una paciencia más allá de lo que crees posible, la cual rendirá sus frutos.
Entender que somos parte de grandes naves que se tardan muchas generaciones en pasar de un estado a otro nos confiere la paz necesaria para aceptar nuestra realidad de una forma más integradora y provechosa.
5. Aprende a ver la realidad en movimiento
Todo lo que conoces está en movimiento, cambiando, de un punto a otro de alguna dualidad, o de muchas a la vez; eso es el cambio y así es que logramos conectar con lo que llamamos realidad. Nada nunca está quieto.