a mi antigua mejor amiga:
aunque no estés conmigo ahora, estuviste en el principio de este viaje. grácias por sacarme las mejores sonrisas, por hacerme reír con tus tonterías, por dejarme ver tus marcas y pequeños demonios. he de confesarte que fuiste un gran motivo por el cuál nunca me rendí. te quiero, prometimos ser siempre mejores amigas ¿lo recuerdas? ahora conocés más, tal vez mejores que yo, solo espero que nunca olvides que aunque el destinó nos haya separado, yo nunca me olvidaré de las cosas bonitas que pasamos. gracias a mi querida mejor amiga por enseñarme tantas cosas que sin tí no hubiera logrado, por enseñarme a no ser tan débil aunque confíeso que desde tu pérdida puse en práctica todo lo que me enseñaste, a no dejarme llevar por la opinión de las demás personas, por no encariñarme fácil y dar confianza. sólo quiero decirte que si un día me necesitas aquí estaré, llámame, no importa la hora yo cumpliré nuestra promesa. con cariño, la chica que solías llamar “mejor amiga”.