Me consideré sentimentalmente "comunista" desde los 17 años, edad en la que ingresé a la universidad para mi primera carrera profesional (Administración), y reconozco haber sido "carne de cañón" de partidos de izquierda cerca de 10 años. En ese lapso ingresé a la carrera de Psicología y seguí en el asunto, pero, tras muchas lecturas acerca del tema, de una manera "más intelectual", "marxista", tratando de divulgar lo que era mi concepción de "ideología científica". Siendo el más experimentado de mis compañeros de entonces, formé un círculo de estudios (llamado "Avanzada"), dedicado a esa divulgación. Por entonces me sentía casi "iluminado", pues tras un fuerte rechazo visceral (típico de izquierdista) hacia el conductismo y haber comenzado a revisar sus temáticas con motivo de "refutarlo", el efecto fue contrario: el marxismo y el conductismo me parecieron compatibles en varios puntos esenciales, y así lo expuse a mis compañeros del círculo. Uno de los frutos de esa "conversión" fue el "manifiesto" que figura con este título: "Psicología e Investigación Social: ¿Es Posible un Marxoconductismo'?" (el nombre se me ocurrió después de oír una conferencia de la psicóloga comunitaria Maritza Montero en 1987).
Durante mucho tiempo, después de titulado y hasta pasada la cuarentena de años, continué designándome "marxista" e incluso "marxoconductista". Luego, al amparo de mayor lectura y experiencia, con la misma pasión con que abracé dicha ideología en mi juventud, "abjuré" de ella hasta llegar casi al fenómeno de "renegado". De eso aun conservo una atracción puramente histórica y humanista que podría llamar "marxológica". Actualmente estoy cerca del libertarismo y en contra de todo fanatismo, por ello la difusión de esto solo tiene para mí un interés anecdótico respecto a mi pasado (William Montgomery Urday).
El ensayo citado figura en este link:
https://drive.google.com/file/d/1QuuM9yW6Xl50HmDynHdCdcPYc7r_WCPp/viewTOMADO DE: CONDUCTISMO INTEGRADO